30 julio 2012

EN RECUERDO DE GREGORIO PECES BARBA

Ética, poder y derecho (I)
30 DE JULIO DE 2012

Antonio García Santesmases *

 He preferido dejar pasar unos días antes de escribir sobre Gregorio Peces Barba. He preferido hacerlo así para tener tiempo para volver a leer algunos de sus trabajos y para sumergirme en su último libro, en un libro que, como ocurre tantas veces, había comprado y amontonado a la espera de tener tiempo para leerlo con sosiego. Me hubiera gustado haberlo leído en vida de Gregorio y haber preparado, como habíamos quedado cuando publicó su obra Educación para la ciudadanía, una conversación en profundidad en el programa de radio Revista de Filosofía, que coordino en la UNED con el profesor Francisco José Martínez. No ha podido ser. La muerte ha llegado antes y por ello tengo un sentimiento de frustración por no haber podido discutir personalmente las reflexiones que me suscita su último libro Ética, Poder y Derecho, una obra que viene a resumir, a hacer balance de sus trabajos de más de cincuenta años en torno a la Filosofía del Derecho y del Estado. Un balance que también aparece en la conversación que Peces Barba mantuvo con el profesor José Antonio Pérez Tapias en el ciclo El Intelectual y la memoria organizado por la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada. La conversación se puede escuchar por Internet.

En esa conversación larga y distendida recuerda Peces Barba su infancia como hijo de un vencido en la guerra civil y rememora la decisión de su padre de elegir el Liceo Francés, un colegio que no fuera de frailes ni de falangistas. Son muchos los momentos en los que elogia el sistema educativo francés, vinculado a los valores de la República laica, que le permitió no quedar atrapado por las condiciones del nacional-catolicismo. Su padre evitó que cantara el Cara al Sol y pudo, sin embargo, cantar la Marsellesa.
El hijo de un vencido en la guerra civil, estudiante en el Liceo Francés, amante de la laicidad, inicia su militancia política antifranquista desde el pensamiento democristiano. En esta conversación, al igual que en otras obras del autor como La democracia en España (1995) o La España civil (2005) ha reconocido Peces Barba el papel determinante en su formación política e ideológica de Joaquín Ruiz Jiménez. Estamos en el mundo de los años sesenta y Ruiz Jiménez va a configurar desde el mundo del humanismo cristiano una de las plataformas más importantes de resistencia frente al franquismo. La perspectiva democristiana se implicará en muchas de las batallas contra el régimen desde una plataforma ideológica plural, como fue la revista Cuadernos para el diálogo, en la que confluirán democristianos, socialistas, comunistas y liberales.
Cuadernos ocupará un espacio muy importante en la lucha contra la dictadura con otras iniciativas como Triunfo y en relación con las  grandes personalidades del pensamiento de izquierda: José Luis Aranguren desde el cristianismo heterodoxo; Manuel Sacristán desde el comunismo y Enrique Tierno Galván desde el socialismo.
En aquel mundo en plena ebullición intelectual, en el que proliferan distintas lecturas del marxismo y del cristianismo, son muchos los que intentan articular una nueva lectura del cristianismo desde la perspectiva de un encuentro, de un diálogo, entre cristianismo y marxismo. Pensemos en teólogos como José María Díez AlegríaJosé María González Ruiz o en políticos como Alfonso Carlos Comín que llegará a formular la tesis de que hay que ser cristianos (en el Partido Comunista) y comunistas (en la Iglesia Católica). Esa posición, cercana a la Teología Política de J.B. Metz o a la Teología de la Liberación latinoamericana, va a influir en el movimiento de Cristianos por el Socialismo, algunos de cuyos miembros más destacados como Manuel Reyes Mate, acabarán en el Partido Socialista, previa militancia en la Federación de Partidos socialistas.
No va a ser esta la opción de Peces Barba. En la entrevista con Pérez Tapias aparece su alejamiento a esta combinación entre cristianismo y marxismo que previamente había intentado el Frente de Liberación Popular en España. Peces Barba sigue otro camino. A partir de mitad de los años sesenta se va alejando del mundo democristiano y se va acercando al espacio socialista. En esta evolución influye una figura intelectual esencial para su evolución. Alguien a quien Peces Barba considera un maestro; me refiero al profesor Elías Díaz. Es Elías Díaz el que le alienta en la necesidad de abandonar el iusnaturalismo sin caer por ello en un positivismo irrestricto. Es Elías Díaz también el que le acompañará en el descubrimiento del socialismo liberal que han representando en la cultura política italiana Norberto Bobbio y Renato Treves.
El planteamiento de Elías Díaz, de Bobbio, de Treves, conecta con el esfuerzo por recuperar la tradición del socialismo humanista que en España había encarnado Fernando de los Ríos. Estamos pues ante una apuesta intelectual de gran rigor y complejidad que no es suficientemente conocida en nuestro país; y ello por varias razones que convendría analizar. En primer lugar porque desde el campo de la izquierda de gobierno se ha tendido a identificar liberalismo con liberalismo económico. Desde la socialdemocracia liberal se ha apostado por un proyecto de apertura al poder económico privado, a las virtudes de la economía de mercado, a la lógica del mundo empresarial. Pensemos en la enorme relevancia de las grandes figuras de los gobiernos socialistas de los años ochenta y noventa que son al final capturados por el poder económico privado, por los consejos de administración de las grandes empresas y de los centros financieros.
El socialismo liberal de Fernando de los Ríos o de Norberto Bobbio, el socialismo en el que bebe Gregorio Peces Barba, está abierto a figuras del pensamiento liberal como Francisco Ayala oJuan Marichal, a figuras del mundo republicano como Manuel Azaña y naturalmente está vinculado al influjo de la Institución libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos. Es pues un proyecto liberal, muy distinto al que propugna el liberalismo económico y que está emparentado con una de las grandes preocupaciones de Peces Barba, con la apuesta por una España laica. Esta España civil choca frontalmente con el nacionalcatolicismo y con los vencedores de la guerra civil y ahí tenemos la segunda razón de su carácter minoritario en España. Es cierto que trata de reaparecer tras la caída de la dictadura. Trata de reaparecer pero no lo logra del todo. En muchos artículos de prensa ha insistido Peces Barba en que si hay una asignatura pendiente en España se cifra en asentar con firmeza, con claridad, con valentía, el principio de laicidad. Como saben los interesados por estos asuntos existe un debate filosófico-político acerca del carácter de nuestra constitución: ¿estamos ante un Estado laico o ante un Estado aconfesional?; ¿qué lugar deben jugar las confesiones religiosas en este Estado?; ¿es tarea del Estado jugar un papel protagonista en el mundo educativo?; ¿hay que apostar por una educación en valores promovida por el Estado democrático?
Muchas de estas cuestiones han sido analizadas por Gregorio Peces Barba en sus escritos. Repare el lector en que un hombre universalmente reconocido por su moderación, por su capacidad para el acuerdo y para el consenso ha encontrado el rechazo, sin embargo, de los sectores más intransigentes del mundo confesional. Si la campaña que sufrió cuando aceptó la tarea de dar apoyo a las víctimas del terrorismo fue encarnizada no ha sido menor la virulencia de muchos sectores católicos integristas que no han perdonado que insistiera en que estaba pendiente una regulación clara de la laicidad en España. Para Peces Barba los acuerdos con la Santa Sede son formalmente posconsitucionales ( fueron aprobados pocos días después del referéndum de la constitución del 78) pero son materialmente preconstitucionales y por ello no entendía cómo era posible que tras 14 años del gobierno de Felipe González, y tras los siete años del gobierno de Zapatero, no se hubiera renegociado la validez de estos acuerdos. El último congreso del PSOE, a instancia de Izquierda socialista, ha aprobado la necesidad de proceder a la revisión de los mismos.
Esta apuesta de Peces Barba por la laicidad estaba fundada en una lectura crítica del papel de la Conferencia episcopal española a lo largo de estos años. Una crítica que le ha valido aparecer como anticatólico furibundo. A los que así piensan hay que decirles que la crítica a la institución eclesiástica la realiza Peces Barba desde una filosofía favorable a la modernidad, a la secularización, a la laicidad, a la tolerancia y en la que el Estado debe tener un papel protagonista en el proceso educativo, si queremos conformar una ciudadanía democrática. Una filosofía que él se encarga de recalcar no es anticristiana.
Todas estas cuestiones disputadas aparecen recogidas y fundamentadas en estas diez lecciones sobre Ética, Derecho y Poder que forman su obra definitiva, en la que trata de sintetizar la reflexión de más de cincuenta años sobre el Estado y el Derecho. De ello hablaremos en un próximo artículo.
* Antonio García Santesmases es  catedrático de Filosofía Política de la UNED.